Confundido no es lo mismo que indeciso (y tú deberías saberlo)

¡Hola!

Hay dos tipos de clientes que no avanzan:

El que está confundido.
Y el que está indeciso.

Y si no sabes cuál es cuál, vas a decir o hacer justo lo que no toca.

El confundido necesita claridad.
El indeciso necesita dirección.

Y si intentas convencer a un confundido… lo pierdes.
Y si intentas explicar más al indeciso… solo lo enredas más.

💡 Confundido es el que no entiende bien tu propuesta. Te hace preguntas vagas. Dice frases como:
“No me queda claro cómo funciona.”
“¿Esto incluye tal cosa?”
“¿Me puedes volver a explicar?”

En ese caso, lo que necesita es estructura. Orden.
Un mensaje simple y al grano.
Tu rol ahí es aclarar el panorama.

Ahora, el indeciso es distinto.

Él entendió todo… pero no se atreve a decidir.

Dice cosas como:
“Me gusta, pero quiero pensarlo un poco más.”
“Déjame revisarlo con calma.”
“Estoy entre dos opciones.”

En ese caso, seguir explicando solo empeora las cosas.
Lo que necesita es confianza, no más información.

Ahí tu rol es ayudarlo a decidir.

Con preguntas como:
👉🏼 “¿Qué es lo que más valoras para tomar esta decisión?”
👉🏼 “Si tuvieras que elegir hoy, ¿qué te haría sentir más seguro?”

Porque el problema no es tu propuesta.
Es el ruido mental que tiene en la cabeza.

Y tú no estás para empujarlo. Estás para guiarlo.

Así que la próxima vez que un cliente no avance, pregúntate:
¿Está confundido… o solo tiene miedo de decidir?

Tu respuesta debería ser distinta en cada caso.

Dime, ¿has tenido clientes que parecía que no querían comprar, pero en realidad solo necesitaban claridad? Escríbeme, quiero saber cómo lo resolviste.

Y mañana vamos con algo que a todos nos ha pasado: cuando el cliente parece súper amable, pero en el fondo… no va a comprar.

Te voy a contar cómo detectarlo (y qué hacer al respecto).

Nos leemos pronto,

Claudia Ruiz