Cuando el cliente es amable... pero no piensa comprar

¡Hola!

Hay algo que a todos nos ha pasado:

Sales de una reunión con buena vibra, el cliente te dice “me encantó lo que me mostraste”, y tú sientes que está casi cerrado.

Pero pasan los días…
Silencio.
No responde.
Te deja en visto.

Y te preguntas: “¿Pero qué pasó si todo iba tan bien?”

Bueno, pasa que no todos los “me encantó” son reales.

A veces, el cliente no quiere incomodar.
A veces no sabe cómo decir que no.
Y a veces simplemente está siendo amable… pero no está interesado.

💡 El problema no es que te digan eso.
El problema es quedarte con la ilusión de que sí van a comprar… y perder tiempo en el seguimiento.

Entonces, ¿cómo lo detectas?

Cuando te dicen cosas vagas como “Lo voy a tener en cuenta.” “Suena muy bien, déjame pensarlo.”

Cuando no hacen preguntas reales sobre el proceso.
Un cliente interesado quiere saber cómo funciona, cuánto demora, qué pasa después.
Uno que solo está siendo educado… escucha, asiente y no profundiza.

Y la más clara de todas: cuando no propone el siguiente paso.

Si tú eres quien siempre tiene que buscarlo, agendarlo, recordarle…
Ya sabes lo que está pasando.

Entonces, ¿qué puedes hacer?

Muy simple:
👉🏼 Antes de cerrar una reunión o conversación, haz esta pregunta

💬 “¿Qué necesitarías para sentir que esta propuesta es la correcta para ti?”

Si responde algo concreto, tienes una oportunidad real.

Si da vueltas o no sabe qué decir… ya tienes tu respuesta.

Porque aquí está la verdad:
El cliente que realmente está interesado, busca avanzar.

Y si no lo hace… no es un “no” explícito, pero sí es un “no” silencioso.

Y tú no estás para perseguir cortesías.
Estás para negociar con claridad.

¿Te ha pasado? ¿Alguna vez sentiste que te ilusionaron con una sonrisa? Escríbeme, te leo.

Y mañana vamos con algo que requiere aún más sutileza

Nos leemos pronto,

Claudia Ruiz