El error de seguir insistiendo cuando el cliente ya decidió

¡Hola!

Insistir puede funcionar.
Pero también puede quemar una venta que aún tenía posibilidades.

Y eso es algo que muchos vendedores no saben leer.

Cuando un cliente te dice que no,
no siempre es un “no definitivo”.

Pero tampoco siempre es un “sí, convénceme más”.

La diferencia está en cómo lo dijo, cuándo lo dijo y por qué lo dijo.

Y si no sabes leer eso… puedes seguir insistiendo donde ya no hay nada que rescatar.

O peor aún: puedes insistir tanto que terminas dañando una relación que sí podías recuperar más adelante.

Porque hay una línea muy delgada entre ser perseverante…
y parecer desesperado.

Entre ser estratégico…
y convertirte en ruido.

Y sí, yo sé que duele dejar ir una venta.
Que uno siente que si dice “ok, lo entiendo”, ya se rindió.

Pero no se trata de rendirse.

Se trata de respetar el proceso del cliente.
Y de entender que a veces, dejar espacio también es una forma de avanzar.

Porque hay clientes que necesitan tiempo.

Hay otros que no quieren sentirse presionados.
Y hay unos que simplemente te respetan más cuando no los persigues.

El seguimiento tiene que tener intención.
Pero también intuición.

Y si ya escuchaste tres veces el mismo “no”
(en diferentes versiones suaves, educadas o evasivas)… puede que el mensaje ya esté claro.

Y lo que toca no es apretar más, sino soltar con elegancia.

Eso también es parte de vender con inteligencia.

Y si sabes manejarlo bien, ese mismo cliente que hoy te dijo que no… mañana puede volver por decisión propia.

Porque lo dejaste con una buena sensación.
Y no con el sabor amargo de quien no supo retirarse a tiempo.

¿Te ha pasado que seguiste insistiendo y luego sentiste que lo perdiste todo? Escríbeme, quiero saber cómo lo viviste.

Y lunes te voy una técnica que uso yo para generar confianza desde los primeros segundos de una reunión… antes de hablar de precios, beneficios o propuestas.

Feliz fin de semana
Claudia Ruiz