- Claudia Ruiz
- Posts
- El error silencioso que puede estar costándote ventas sin que te des cuenta
El error silencioso que puede estar costándote ventas sin que te des cuenta
A veces no es lo que dices, sino lo que no dices.
¡Hola!
Seguro te ha pasado.
Tienes un cliente interesado, la conversación fluye, la oferta es buena… pero de repente, sin razón aparente, el cliente empieza a dudar.
Empieza a decir cosas como:
“Voy a pensarlo.”
“Déjame revisarlo bien y te aviso.”
Y luego… silencio absoluto.
Lo peor es que a veces ni siquiera sabes qué pasó.
No fue el precio, no fue la competencia… fue algo más.
Y aquí está la verdad: a veces, lo que aleja a un cliente no es lo que dices, sino lo que no dices.
Uno de los errores más silenciosos en ventas es dejar espacios de incertidumbre en la conversación.
Si el cliente no tiene claro algo, lo llena con sus propias suposiciones…
Y, la mayoría de las veces, esas suposiciones no te favorecen.
Por ejemplo, si le presentas tu oferta y no dejas claro qué pasa después de que compra, su cerebro empieza a llenar los vacíos como ¿Será difícil implementarlo? ¿Será riesgoso? ¿Me quedará bien?
O si un cliente te dice “Lo veo interesante, pero tengo que pensarlo” y tú solo respondes “Claro, piénsalo y me avisas”, le estás dejando la puerta abierta para que se enfríe y desaparezca.
Entonces, ¿cómo evitar este error?
Primero, cierra cada conversación con claridad.
Si el cliente duda, en lugar de soltarlo, pregunta:
“Cuando dices que lo vas a pensar, ¿qué es lo que más te hace dudar en este momento?”
Así lo obligas a decir la objeción real y puedes manejarla antes de que se enfríe.
Segundo, anticipa preguntas y elimina incertidumbre.
No esperes a que el cliente te pregunte. Adelántate. Dile qué pasa después de la compra, qué soporte tiene, cómo otros lo han usado con éxito.
Y tercero, no des por hecho que el cliente entiende el valor de tu oferta.
Si no se lo dejas claro, su cerebro asumirá que es “otra opción más” en el mercado
Y cuando un cliente siente que puede encontrar lo mismo en otro lado, se pierde el cierre.
Así que la próxima vez que un cliente empiece a dudar, revisa si hay vacíos en la conversación.
Porque lo que no dices puede costarte más ventas de las que imaginas.
Dime, ¿alguna vez un cliente se enfrió sin razón aparente?
Imagino que si porque eso nos pasa a todos.
Estaré encantada de leerte
Nos leemos mañana,
Claudia Ruiz
Reply