El poder de anticipar las objeciones

No esperes el “pero”, abórdalo antes de que aparezca

Hay un momento incómodo en toda conversación de ventas.

El cliente frunce el ceño, hace una pausa y suelta la frase temida:
“Sí, me gusta, pero…”

Y ahí el aire cambia.
El vendedor se tensa, empieza a defenderse o, peor aún, improvisa.

Pero los mejores negociadores no llegan a ese punto.

Porque ya se anticiparon.

La mayoría de las objeciones no son sorpresas.
Son patrones: el precio, el tiempo, la decisión, la confianza.

Siempre aparecen… solo cambian de forma.

Anticiparlas no es manipular, es preparar el terreno.

Cuando tú mismo pones el tema sobre la mesa antes que el cliente, generas algo poderoso: confianza.

Por ejemplo

“Sé que estás comparando opciones, déjame contarte por qué esta solución es diferente.”

“Puede que el precio te parezca más alto a primera vista, pero quiero que veas lo que incluye y cómo se traduce en resultados.”

Cuando haces eso, el cliente no siente que estás defendiéndote.
Siente que estás entendiéndolo.

Y esa diferencia cambia todo.

El vendedor promedio reacciona a las objeciones.
El vendedor profesional las previene.

Porque cuando te anticipas, el cliente siente que estás un paso adelante… y que puede confiar en ti.

Así que la próxima vez que entres a una reunión, piensa:
¿Qué dudas podría tener esta persona?
¿Qué barreras podrían aparecer?
¿Y cómo puedo resolverlas antes de que las mencione?

Esa preparación no solo evita los “peros”.
Te posiciona como alguien que sabe exactamente lo que hace.

… Y cuéntame algo, ¿cuál es la objeción que más te repiten y cómo la enfrentas tú?

Respóndeme a este correo, me encantará leerte.

Nos leemos pronto ✨

Claudia Ruiz

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