Lo que dices al final puede anular todo lo bueno que hiciste al principio

Hay algo que me rompe el corazón cuando lo veo,

Una reunión que va perfecta.
Buena conexión, el cliente asiente, hay química, entiende todo…

Y cuando llega el final,
el vendedor suelta algo como:

— “Bueno, cualquier cosa me escribes.”
— “¿Quieres pensarlo unos días?”
— “Avísame si te interesa.”

Y ahí… se cae todo.

T o d o

Lo que era una conversación enfocada, se vuelve ambigua.

Pierde dirección.

Y el cliente, que tal vez estaba casi listo para decir que sí,
recibe el mensaje de que puede postergar la decisión.

No por maldad.
No por desinterés.
Sino porque tú, sin querer, le abriste la puerta a la indecisión.

Y pasa más seguido de lo que creemos.

Porque el cierre es el momento donde más te tiembla la voz.
Donde no quieres sonar vendedor.
Donde te da miedo presionar.

Y entonces terminas soltando una frase inofensiva…
que lo arruina todo.

¿Te ha pasado?

Lo mejor es que esto tiene solución.

Y no se trata de ser agresivo ni usar trucos de película.
Se trata de decir las cosas de forma clara, natural y segura.

Sin necesidad de fórmulas raras. Solo sabiendo qué decir.
Y cuándo decirlo.

La próxima semana voy a compartirte algo muy especial sobre esto.

Una herramienta pensada para esos momentos donde cada palabra cuenta.

Nos leemos mañana,
Claudia Ruiz

PD: Por si no la respondiste ayer, me ayudas respondiendo esto de aquí abajo 👇🏻, es muy rápido