El inicio de una venta no se improvisa

Si arrancas mal, ya vas perdiendo

Hola,

¿Sabes qué es lo más curioso?

Que muchas veces una venta se pierde… antes de que empiece.

Literal.

No es el precio, no es la objeción, no es que el cliente “no tenía presupuesto”.

Es que los primeros dos minutos de esa reunión, videollamada o visita ya marcaron el destino de esa venta.

Y como no lo sabías, seguiste con tu pitch como si nada.

Pero el cliente, en silencio, ya te había sacado de su lista mental.

A veces por la manera en que saludaste.

O por cómo entraste con una energía rara, o demasiado confiado, o inseguro.
O porque arrancaste hablando de ti y no de él.
O porque le hablaste como si fuera un amigo cuando él esperaba un profesional (o al revés).

Pequeños detalles. Pero decisivos.

Los primeros dos minutos son como un escaneo invisible.

El cliente te evalúa, aunque no lo diga. Evalúa si puede confiar, si lo escuchas, si sabes de lo que hablas, si vas a respetar su tiempo.

Y si ese primer momento no le da buena vibra…

Después es muy difícil remontar.

Por eso, un buen cierre empieza mucho antes de llegar al cierre.

Empieza por cómo te presentas.
Por cómo rompes el hielo.
Por cómo te acomodas en la conversación.

Y eso no se improvisa.

Se diseña.

Así como se diseña una estrategia de cierre, también se diseña cómo vas a abrir la venta.

Mañana seguimos con esto.

Porque si hoy vimos la entrada...

Mañana vamos a hablar de lo que muchos arruinan justo cuando todo iba bien 😉

Nos leemos,

Claudia Ruiz

PD: … y aprovechando que llegaste hasta esta línea, podrías porfa elegir una de las opciones de abajo 👇🏻

¿Qué parte de la venta sientes que más te gustaría fortalecer ahora mismo?

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