El error de vender como si todos los clientes fueran iguales

Hola, hola…

Te voy a contar algo que veo a menudo en muchos equipos de ventas.

Vendedores que se saben de memoria un discurso, un pitch, una presentación… y lo repiten exactamente igual, cliente tras cliente.

El problema es que vender no es como tocar una grabación.

Cada cliente tiene su propia historia, su propia necesidad, sus propios miedos.
Y cuando tratas a todos como si fueran iguales, la mayoría desconecta.

Porque la verdad es que nadie quiere sentirse “uno más” en la lista.

No es lo mismo hablar con un gerente que busca resultados a largo plazo, que con un emprendedor que necesita solucionar algo urgente.

No es lo mismo cerrar un producto que alguien ya conoce, que uno que tiene que imaginar en su vida por primera vez.

👉 Un mismo discurso puede sonar perfecto para uno… y vacío para otro.

Y ahí es donde muchos vendedores pierden la oportunidad.

No porque no tengan buen producto.
No porque no sepan vender.

Sino porque no se toman el tiempo de ajustar su mensaje al cliente que tienen enfrente.

Personalizar no es un lujo.
Es lo que diferencia a un vendedor promedio de un negociador estratégico.

El cliente siente cuando lo escuchaste de verdad.
Siente cuando adaptas tu propuesta a lo que él necesita y no a lo que tú quieres decir.

Y ahí, justo ahí, es donde empieza la confianza que lleva al cierre.

Así que la próxima vez que te sientes con un prospecto, pregúntate:
¿Estoy repitiendo un libreto… o estoy conversando con esta persona en particular?

Créeme, la diferencia se nota.

Y se nota en los resultados.

Nos leemos pronto ✨
Un abrazo,

Claudia Ruiz