Una propuesta completa no siempre es una propuesta clara

¡Hola!

Hay algo que nos enseñan mal en ventas:

Que entre más completa sea tu propuesta, más profesional pareces.
Y puede ser cierto…

Pero también puede ser justo lo que hace que el cliente no te entienda nada.

Porque una propuesta completa no siempre es una propuesta clara.

He visto presentaciones con 15 páginas llenas de información, donde el cliente sale con más preguntas que respuestas.

Y lo peor…
con cero urgencia de avanzar.

💡 En ventas, la claridad no se mide por cuánta información das…
sino por qué tan fácil es para el cliente decidir.

Tu propuesta no tiene que parecer una tesis.
Tiene que parecer una solución.

Y las soluciones buenas, se entienden rápido.
Se sienten fáciles.
No dan dolor de cabeza.

La próxima vez que armes una propuesta, haz este test mental:
👉🏼 ¿Un cliente que nunca ha trabajado conmigo entendería esto sin explicaciones?

Si la respuesta es no, estás sobre-explicando.
Estás tratando de impresionar…
en lugar de conectar.

Y eso se nota.
El cliente no lo dice, pero lo piensa:
“Demasiado técnico…”
“No sé si esto es para mí…”
“Después lo leo con calma…”

Y ya sabemos que “después” es sinónimo de “nunca”.

Entonces, recuérdalo:
una propuesta clara no se ve bonita. Se siente fácil.

Se entiende sin esfuerzo.
Y deja al cliente con una sola pregunta:

👉🏼 “¿Cuándo empezamos?”

¿Te ha pasado que, al simplificar una propuesta, la venta se dio más rápido? Escríbeme y cuéntame, me encantaría leerte.

Y mañana vamos con un tema que nadie quiere aceptar,
pero que pasa más de lo que crees:
cómo tú mismo puedes estar creando objeciones… sin darte cuenta.

Nos leemos mañana

Claudia Ruiz